¡Y yo mas!

8 febrero , 2007


Un reciente artículo del profesor Félix Ovejero Lucas me ha hecho volver a reflexionar sobre la cuestión de la felicidad, ya tratada anteriormente en este blog. Supongo que un buen resumen estaría centrado en dos puntos. En primer lugar lo importante que es la ignorancia para ser feliz (el artículo muestra una serie de ejemplos muy curiosos, os recomiendo leerlo) y por otro lado la imposibilidad de solucionar ese problema. Creo que la raíz del problema está en la propia supervivencia «animal» del Hombre, no sé si denominarlo egoísmo, pues no se trata de una acción volitiva (ha quedado muy fino, eh?), sino de algo propio, algo que llevamos en la sangre. La educación recibida debe de «cuidar» de ese ego, de ese ser más que el prójimo, de decir….y yo más! para sentirme más dichoso; pues dicha acción puede en muchos casos perjudicar al otro.
Siempre buscamos algo que nos diferencie, nos distinga: un coche, un reloj, la ropa, la novia, el chiste…innatamente necesitamos sentirnos superiores, porque la Naturaleza sabe que el lider, al que se le respeta, al que se le alaba, es el que perdura.


¿Por que el Coyote nunca pilla al Correcaminos?

25 enero , 2006


Mi personaje favorito del mundo de la televisión siempre ha sido el Coyote…llegué a llorar de risa con él jejeje…y siempre esperaba ese capítulo final en el que por fin cazaba al _ _ _ _ _ _ del Correcaminos de una forma muy ingeniosa y se lo metía entre pecho y espalda, ¡salud!.
Acabo de leer «El Viaje a la Felicidad» y creo atisbar cierta lógica en la vida aparentemente desgraciada de mi héroe. El libro concluye con una fórmula «matemática» de la felicidad donde no hace otra cosa que poner en el numerador todo aquello que cree que favorece la felicidad y en el denominador lo que te aleja de ella. Resumiendo: la felicidad es E(M+B+P) / (R+C). Siendo E:emoción, M:la atención al detalle, B: disfrute de búsqueda, P: relaciones personales, R:factores reductores y C: carga heredada. (en post posteriores podríamos ahondar en cada una de ellas).
Si aplicamos esta fórmula al Coyote, observaremos que la búsqueda de nuevos inventos, el objetivo de caza, la atención al detalle y sobre todo la emoción que tiene en cada nueva aventura son valores elevados. Por tanto, creo llegar a la conclusión de que el Coyote no pilla al Correcaminos porque es feliz tratando de alcanzarle.